lunes, 10 de septiembre de 2018


LES 2018: LUDO ERGO SUM


Este fin de semana, la familia al completo ha asistido a las jornadas Ludo Ergo Sum en el Madrileño polideportivo de Aluche, un encuentro para todos los amantes de los juegos de mesa, de rol, scape room y más.




 Además de poder buscar oportunidades en el mercadillo que organizan, pudimos jugar a un montón de juegos de la ludoteca (genial para poder conocer infinidad de juegos nuevos y preparar las nuevas adquisiciones).

Pero lo más positivo y enriquecedor fue la posibilidad de encontrarnos con apasionados (de 6 a 99 años) de nuestros juegos y poder compartirlos en un ambiente tan fascinante.

Entre unas de las muchas actividades que se planteaban, pude asistir a una taller teórico/práctico sobre el Aprendizaje Basado en Juegos y sus aplicaciones ofrecida entre otros por:



 Juls  de Bebé a Mordor, Manu Sanzhez  (o El Maestro Manu como le conocen), Ruth Cerdán  de Aprender Paso aPaso, Dani Martín de Ludocentes, Justi Gonzalez del ProyectoEnseñando a jugar, aprender jugando y Fer Vázquez del grupo de Facebook El PequeñoRincón de los Juegos de Mesa.



 Entre otras cosas acerca del juego/de los juegos y de cómo aprendemos (principios de neuroeducación), se habló sobre como introducir los juegos de mesa en el colegio a través del AMPA o del claustro, motivando previamente al personal. También nos ofrecieron pautas sobe la elección y como usar los juegos de mesa en otros entornos educativos como pueden ser las aulas hospitalarias o en las dificultades en el aprendizaje… una jornada superinteresante e instructiva!!!


domingo, 19 de agosto de 2018

LOS PADRES Y EL MÓVIL

En días como hoy, mi convicción de que somos una especie en vías de extinción reaparece. Con actitudes como esta, en unas generaciones, nos vamos al garete. Alguna vez me he pronunciado en contra de la "crianza pasiva" que supone el dejar de compartir momentos de ocio y disfrute con nuestros pequeños, por el ocio y disfrute de "nuestras cosas" de adultos, pero despertarme un día y leer este artículo me remueve por dentro.
Mal me parece "aparcar" a los críos en el columpio para desentenderte de ellos y estar "a tus cosas" con el telefonito, pero al menos, es un entorno con cierto grado de control y seguridad. En el peor de los casos te juegas un coscorrón, alguna costurita y ya está (al menos, de esto se sale y a veces, también sucede aunque estés con mil ojos...), pero lo de dejarlos a su aire en un entorno peligroso por naturaleza, siendo el mismo patrón de abandono, si A B A N D O N O, se me hace insoportablemente egoísta y descerebrado.
Una cosa es ser relativamente egoísta y privar a tu hij@ de un momento con su padre/madre (y perdértelo tú también) y otra muy distinta es poner directamente en peligro de muerte a tus chavales. Es el mismo patrón hedonista y egocéntrico, pero aplicado a un entorno mucho, mucho más peligroso.
En fin, somos capaces de lo mejor y en días como hoy, se hace evidente que también de lo peor.
Así pues, en la línea en la que escribo siempre, os pido, os animo a que os pongáis las zapatillas de deporte o las chanclas y salgáis a disfrutar con vuestros hijos y que el móvil sólo esté por si lo necesitáis y no para impedir que os aburráis mientras los niños juegan.



lunes, 23 de julio de 2018


TREPAS



Como la experiencia de trepas nos gustó tanto y le ví mucho potencial, hoy vamos a inaugurar la sección de vídeos con ejemplos prácticos y muy sencillos (con unas pinzas de tender y unas cartulinas basta) de realizar de cómo podemos aplicar un ejercicio tan positivo y completo como las trepas al cálculo numérico, al trabajo de rimas, lectura, relación de países y sus capitales… un sinfín de actividades muy fáciles y rápidas de organizar y disfrutar en el parque con nuestros pequeños.


jueves, 3 de mayo de 2018


UNIR JUEGO Y APRENDIZAJE: ¿Por qué?

 El juego es un elemento positivo y necesario que permite a los niños “virtualizar” la realidad, jugar con lo real de manera imaginaria. De esta forma, manipulan diferentes conceptos (tareas domésticas, escolares, vivencias imaginarias, oficios, relaciones sociales, sentimientos y/o emociones…) desde la imaginación, obteniendo un valioso entrenamiento que les ayudará a integrar las complejidades de la vida cotidiana en sus esquemas mentales.
La primera infancia es un momento especialmente importante, porque es el periodo más rápido de crecimiento cerebral, donde el juego activa el cerebro y acelera los procesos cogitivos.

Al jugar, se produce una gran actividad en el cerebro y se liberan una serie de sustancias químicas que hacen que se aumente la sensación de bienestar y motivación, generando el marco perfecto para que se produzca el aprendizaje.
Por esto, el juego, siendo una experiencia agradable para ellos, predispone al cerebro para la creatividad, el aprendizaje y la memoria. ¿A quién no le gusta jugar?
Por este motivo, sencillo pero en absoluto trivial, propongo relacionar actividades lúdicas/ juegos con aprendizajes propios del aula, de manera que los niños obtengan una visión y manipulación distinta de los típicos contenidos escolares y además, de manera subconsciente, unan la idea de diversión con la de aprender.

miércoles, 21 de marzo de 2018

EJERCICIO E INTELIGENCIA

Desde hace unos años llevo informándome e investigando multitud de estudios, investigaciones y publicaciones científicas para elaborar actividades y propuestas didácticas que utilizando el juego, movimiento y ejercicio, promuevan una estimulación y mejora cognitiva, así como una mejora del rendimiento académico. 

En líneas generales, hay de destacar tres líneas de intervención en las que se pueden clasificar las acciones encontradas en dicho material:

1.       Lúdico/manipulativa: se centran en el hecho de que la motivación intrínseca y la sensación de clases más lúdicas y llevaderas, que proporciona la manipulación de objetos directamente relacionados con los conceptos de estudio, redunda en una riqueza sensorial de información y mejora la comprensión inicial, favoreciendo así el aprendizaje y los procesos relacionados.

2.       Introducción de actividad física dentro del aula: aquí es donde más variaciones de investigaciones y acciones estudiadas dentro del aula existen, puesto que alguno de los trabajos, utilizaban el movimiento con elementos manipulativos relacionados con el tema tratado:

Por ejemplo, dentro de la dinámica normal de la clase, se hace un “break” y se desplaza todo el mundo de una manera en concreta (haciendo skipping, saltando, imitando a un animal…) y a la señal (el profesor dice un número en voz alta) todo el mundo coge una tarjeta con un número oculto, el “afortunado” deberá responder una pregunta sobre lo explicado anteriormente o el tema que se esté trabajando. A veces, esas fichas representan un dibujo relacionado directamente con el tema, otras relacionan las bolas de un ábaco con el ejercicio que se debe hacer …

Otros trabajos analizaban el uso de implementos deportivos estándar a discreción, unas veces uniendo los contenidos tratados con la actividad concreta a realizar:

Por ejemplo, realizar conteos a la vez que se bota un balón, los pares con la derecha y los impares con la izquierda, combinaciones similares para múltiplos, divisores, primos, saltar a la comba tantas veces como sílabas tenga la palabra dicha por el profesor…

Y finalmente, otras veces sin ninguna relación con el tema, simplemente buscando la activación lúdica y dinámica implícita en el juego y movimiento, a la vez que se elimina la tensión de la atención focalizada…
En esta metodología, es donde más variabilidad de estrategias de estudio y resultados he localizado, puesto que la diversidad de acciones y diseño de las actividades es tan heterogéneo, que los resultados lo son también.

3.       Llevando el contenido del aula directamente a la actividad física: Aquí, los resultados de los estudios son más contundentes y homogéneos, puesto que este tipo de acciones han de ser planificadas con más atención y detalle, para que su ejecución sea razonablemente “escolar”, para que los objetivos de aprendizaje, no se diluyan en el juego. Debido a la mayor planificación y diseño previo de las acciones,  los márgenes de variabilidad y dispersión de resultados se reducen, mostrando una eficacia sin discusión.

El denominador común observado en las tres variantes, es la mejora de la Motivación y del comportamiento, lo que agiliza las clases y posibilita mayor enriquecimiento de las actividades y estímulos, así como la Mejora de la convivencia. (A niveles de número de interrupciones en clase, cohesión grupal y de disminución del número de conflictos).  La inclusión de sesiones adicionales de actividad física/deporte/Educación Física, Siempre  se ha mostrado precursora de mayores niveles de atención, concentración y autoestima, mejora del comportamiento/socialización, mejor estado de salud y la consiguiente disminución de clases perdidas por enfermedad.


 Para concluir, lo que deja patente el estudio de todo este material, es que las mejoras conseguidas (tanto en rendimiento, como en los casos en que se controló el IQ) son más acentuadas, cuanto más específicos son los objetivos y el programa de actividades diseñado. A lo que hay que sumar el innegable beneficio directo e indirecto a la salud que generamos, si se aumenta el tiempo neto del alumnado que se dedica a realizar ejercicio físico.

“El cerebro que tenemos hoy día, es un cerebro que se formó a través del ejercicio. Nuestros genes están ansiosos de ejercicio”

Fernando Gómez-Pinilla



miércoles, 28 de febrero de 2018

NO

No: palabra maldita y generadora de los peores traumas y desórdenes mentales que podemos decirles a nuestros retoños (según algunas fuentes).
Por mucha frustración que se pueda generar al negarles algo a los más (o menos) pequeños, su uso adecuado es de una importancia vital, pues en mi opinión es la palabra generadora máxima de un orden y libertad personal incomparable.



¿Libertad? ¿El no? ¿Decir que no? Pues si, en la actualidad (y cada día más) asisto a excesos y actitudes desproporcionadas por parte de pequeñ@s en diferentes ocasiones, tales como pataletas, faltas de respeto, conductas y/o comportamientos totalmente inadecuados… por supuesto en un altísimo porcentaje de casos, la responsabilidad final no reside en el infante, pues realmente no tiene información sobre lo inapropiado/inaceptable de su conducta.

No se chilla, corre o salta en un restaurante (o biblioteca), donde hay otras personas que tienen derecho a un momento de tranquilidad. La casa es también tuya, pero precisamente por eso también debes cuidarla y mantenerla bonita y recogida (dentro de lo posible). Cualquier cosa de casa se puede convertir en un juguete, pero no puedes jugar con todo. Tienes derecho a usar el tobogán, pero los demás también. Si juegas a algo con alguien, puedes perder y no pasa nada. No necesitas el dispositivo electrónico para todo, tienes cajas con juguetes, bici, patines…

¿En cuantas ocasiones hemos podido presenciar comportamientos de niños (incluso en presencia de sus padres), en las que ha sido evidente que el niño en cuestión no había oído en su vida alguna de las anteriores frases?

Es seguro que al leer estas frases se os vienen a la memoria multitud de casos en los que al no haber tenido la información adecuada acerca de lo que sí se puede y no se puede hacer, se ocasiona ese comportamiento inadecuado, de manera inconsciente y normalizada por parte del niño en cuestión (y a veces, hasta de los padres).

Una buena definición de libertad es que es ese espacio donde podemos hacer nuestra voluntad, siendo dignos y felices, respetando la voluntad, dignidad y felicidad de los demás. Por lo tanto, un ejercicio pleno de la libertad, exige de límites. Límites razonados (en función de la edad/capacidad), pero límites al fin y al cabo.

El saber lo que sí se puede hacer y hasta dónde (de manera equilibrada, razonable y estable en el tiempo), proporciona seguridad y orientación a los más pequeños (y no tan pequeños).

El manejo de reglas y convenciones sociales (límites al fin y al cabo) les proporciona mecánicas de atención sobre su entorno/realidad, les enseña a gestionar en primera instancia sus deseos/pulsiones y en segunda instancia a gestionar su realidad social, a entender que no se puede todo y no pasa nada y a elucubrar estrategias para llevar a cabo sus planes dentro de lo que sí se puede hacer.

“Es que le explico a mi niño el por qué no puede hacer tal cosa y no lo entiende”. No pasa nada, unas veces no lo van a entender y otras no lo van a querer entender. Una buena respuesta en ese caso podría ser: “no te preocupes hij@ mío, no necesitas entenderlo, esto no lo vas a hacer porque te quiero muchísimo y sé que esto está mal, aunque tú no lo entiendas”.

El problema del no, viene asociado muchas veces al ejercicio de la autoridad, otra de las palabras malditas que nos avergüenza usar. Vamos a ver, si el responsable de tu cuidado y futuro soy yo (y mi pareja), hij@ mío, soy yo (y mi pareja) el que debe decidir qué, cuándo y cómo te educo, las cosas que puedes y no puedes hacer y demás temas importantes que a una personita en crecimiento como tú le interesan y los que no. Y es aquí, donde veo (y siento) un mayor miedo del progenitor.

Como se decía en la película de Spiderman “un gran poder, conlleva una gran responsabilidad” y es aquí, donde suele flaquear la voluntad, al sentir el peso de la responsabilidad de la crianza y se suelen buscar escapatorias y pensar más en lo que hacemos para no ser duros o débiles, que en las consecuencias; si en lo que hacemos con nuestros críos hoy, realmente les lleva a donde nosotros queremos llevarles mañana.

Tan malo es confundir la firmeza con dureza, como la flexibilidad con debilidad. Las reglas o normas están para ser mantenidas, hasta que sea evidente de la necesidad de un cambio. Por ejemplo, no podemos mantener la hora de llegada a casa a un adolescente de 16 hasta los 19 años, habrá que ajustar…

Igualmente, no podemos ser débiles, pensando que somos flexibles. Está claro que la realidad cambiante del día a día exige de adaptabilidad, y las normas también. Está claro que hay veces que no se puede cumplir alguna norma, por razones de fuerza mayor, pero el “elastificar” una norma impuesta por evitarnos la polémica en casa o el esfuerzo de aplicar la consecuencia de la transgresión (algunos desalmados lo llaman castigo), no nos ayuda, pues si lo que hoy está prohibido, mañana lo podemos hacer de tapadillo, lo que genera es que los límites se difuminan y todo el sistema de normas salta por los aires, originando desinformación y enfados por ambas partes…

En suma, debemos intentar aplicar el sentido común, contar hasta diez o cien (según necesitemos), apoyarnos mucho en nuestra pareja (quien tenga la suerte de tenerla para trabajar en equipo y repartir el peso de la responsabilidad), tener en cuenta que cualquier error que podamos cometer hoy no va a ser mortal, ni cualquier éxito definitivo, que esto es una carrera de fondo y que ni es bueno que todo sea perfecto, idílico y de ensueño (porque el mundo no es así) ni que esto sea peor que un cuartel (porque tampoco el mundo es así).

Acordaos de cómo os criaron a vosotros y de qué cosas os gustaron, de las que no, de cómo sois gracias a qué acciones de vuestros padres y tened presente que la rueda ya se inventó. Para esto de la paternidad, los mejores aliados son la memoria, la paciencia, el sentido común y mucha valentía (para decidir, para equivocarse, para corregir…)

jueves, 15 de febrero de 2018

LA FRUSTRACIÓN

Me gustaría pronunciarme sobre la frustración, ese nuevo elemento pernicioso que debemos desterrar de todo proceso de crianza, como si fuera un "amianto educativo". Hemos generado un pozo negro para almacenar términos caídos en desgracia y que, como materiales de pozo negro que son, nos disgusta pronunciarlos, cada día nos suenan más feo y no nos sentimos cómodos utilizándolos, es casi como decir una palabrota. En este grupo hay muchos más, pero los más frecuentes suelen ser:

  • Frustración: elemento pernicioso y a evitar a toda costa, ya que cualquier nivel de frustración es intolerable y no se puede permitir.
     
  • Disciplina: palabra ya casi sucia por principio, unida a rigidez y desdén por el disciplinado.
     
  • Esfuerzo: está superdemostrado que pasarse horas delante de un libro o realizando la misma tarea no sirve y cansa sin resultados.
     
La lista podría alargarse mucho más, pero con estos son suficientes para ilustrar mi punto de vista; como sucede con los medicamentos, debemos tomar la dosis adecuada. Si nos excedemos, nos podemos envenenar y sufrir consecuencias muy negativas, si no tomamos la dosis prescrita en modo y cantidad, no sanaremos e igualmente nos irá mal…

Pues con la frustración, disciplina, esfuerzo y muchos otros términos relacionados, sucede lo mismo: el exceso mata y el defecto hiere.

La frustración, es en suma el germen de la creatividad, del esfuerzo de superación, de establecer metas que hoy no se alcanzan, pero mañana se alcanzarán con disciplina y compromiso. Todas y cada una de las metas que hemos conseguido como seres humanos, han sido nacidas de la frustración. No podíamos hacerlo, hasta que lo hicimos, y lo hicimos con imaginación, esfuerzo y perseverancia.



Es evidente que con los pequeños debemos ser comprensivos y cariñosos, pero si entendemos que las pequeñas frustraciones del día a día hoy, suponen los retos del mañana a mañana, les acompañamos para que ellos venzan sus límites y se vuelvan más competentes, si les acompañamos en sus dificultades, asumimos el error como parte natural del proceso y les hacemos analizar la situación, enfocar el problema y establecer posibles decisiones, estamos haciéndoles más resilentes, más pacientes y reflexivos. Estamos alimentando su capacidad de análisis, creatividad y autoestima, ya que percibirán los retos y su superación como una victoria personal y evidentemente, se sentirán seres en progresión y con capacidad de mejorar. Además de sentirse atendidos y comprendidos por nosotros.

Todo el mundo se equivoca y todo el mundo puede aprender y corregir (también tú, hij@ mío). Aunque hayas hecho algo mal, no pasa nada, vamos a ver cómo lo podemos hacer bien...

viernes, 9 de febrero de 2018

TU HIJO ES ÚNICO Y ESPECIAL... COMO TODOS LOS DEMÁS

Cada vez es más común oír noticias o casos como el de esta chica Británica, que provienen de la idealización de un objetivo en la vida, de la búsqueda de la perfección, de la máxima satisfacción posible, sin  dejar algún resquicio a la frustrante imperfección. Por supuesto que cada uno tiene derecho a aspirar a lo mejor que pueda conseguir en cualquier ámbito vital, pero a veces, este "perfeccionismo vital" tras el  atractivo glamour externo, esconde grandes dosis de egocentrismo y narcisismo. 

Tras leer el reportaje, uno no sabe distinguir si busca una pareja ideal (si es que eso existe) o un candidato para completar su idílica y perfecta existencia (casi con el CV en mano). Esta búsqueda de la perfección absoluta, se basa en varios elementos que parecen desconocer estas personas:

  • Nadie es perfecto (y tú, tampoco).
  • Como nadie es perfecto, el error y los defectos son normales y habituales (si, si, también en ti).
  • No es obligación de nadie cumplir con tus requisitos (ni que tú cumplas con los de otros).
  • Nadie es el ideal, ni va a satisfacer todos tu "requisitos" y aunque encuentres alguien que se acerque, tu tendrás que pensar en las necesidades del otro...

Por supuesto que todos tenemos nuestras prioridades e intereses (total y naturalmente egoístas) a la hora de buscar y/o encontrar pareja, pero como dicen los generales, "ningún plan sobrevive al contacto con el enemigo" esto es, debemos de ser inteligentes, adaptarnos a la realidad y analizar con perspectiva lo que me ofrece esa persona, lo que me provoca y lo que sucede a él o ella gracias a mí.

Es decir, realizar un ejercicio de autoconocimiento, autocrítica y de aceptación de las propias limitaciones, para entender y aceptar las ajenas y poder empatizar y entablar relaciones personales de calidad y no basadas ni en clichés, ni en "formuarios de requisitos" ni artificios varios.

Enseña a tu hijo que se puede equivocar, razona con él sus errores, dile que le quieres no porque sea perfecto, sino porque es tu hijo y le quieres siempre, aunque te enfades con él. Márcale límites y cuando vaya teniendo edad para entenderlos, explícale por qué están ahí. Exige que te trate igual de bien que tú le tratas, que trate bien a todo el mundo, que exija que todo el mundo le trate igual de bien que él a los demás. Enséñale que todo el mundo necesita cariño, afecto y comprensión igual que él.

En definitiva, no le encierres en una burbuja donde la medida del universo sea su ombligo; el universo no es de adaptarse a ombligos...