LA AUTOESTIMA
La autoestima es la percepción que tenemos de nosotros mismos, de nuestra valía y capacidad de hacer cosas, enfrentarnos a situaciones y superarlas. Hay incluso quien la define como un tipo de energía, de "poder". La autoestima se va desarrollando a lo largo de toda nuestra vida a través de las experiencias que pasamos, los retos o dificultades a las que nos sobreponemos, los triunfos y también de los fracasos.
Sí, también de los fracasos. Para que una autoestima positiva y eficaz nos lleve por el sendero de la felicidad y de una existencia productiva, tiene que ser realista, razonada y acumulativa, para, por ejemplo, no caer en complejos de superioridad o inferioridad con todos sus problemas asociados...
Realista y razonada: hay que fomentar el diálogo interno propio antes y después; ¿Es realista este objetivo que me propongo?, ¿qué tengo que hacer antes de empezar?, ¿Cómo me organizo para conseguirlo? Todo esto parece una perogrullada, pero una mala reflexión previa ante una situación que afrontar, normalmente conduce al fracaso, con lo que si no establecemos el hábito de diseñar un "plan de ataque", lo habitual será encadenar fracasos, con la consiguiente deformación de nuestro autoconcepto e imagen personal y la percepción de una competencia propia limitada...
Normalmente un fracaso bien analizado, razonado a posteriori (si puede ser con alguien cabal a tu lado, muchísimo mejor), suele ser el mejor maestro, pues nos está enseñando lo que no debemos volver a repetir... Habitualmente, tras un éxito, también solemos perder muchas oportunidades de aprendizaje, todo ha salido bien, soy un campeón y a otra cosa, mariposa. Pues bien, nos estamos dejando la mitad del pastel sin saborear, el preguntarse después del éxito lo que nos llevó a el, es la mitad de la experiencia: ¿Lo conseguí porque era muy fácil o porque mi plan de acción fue bien elaborado? ¿Cuántas cosas he necesitado aprender o superar para conseguirlo? ¿Realmente, cuánto esfuerzo me ha llevado?
Sumativo: Todas las experiencias vividas se van acumulando en nuestra "mochila"; todo el mundo acumula errores y aciertos, victorias y derrotas, éxitos y fracasos, lo importante es cargar nuestra "mochila" con análisis realistas y razonados de lo que hemos ido haciendo, para no repetir errores y hallar mecánicas que funcionan, para sabernos capaces de grandes esfuerzos que conducen a logros, teniendo mecanismos de acción que se adapten a la realidad del momento.
Solo de esta manera, tendremos una imagen real de nuestras fortalezas, debilidades y cosas que podemos mejorar si no estamos a gusto con ello, con lo cual reduciremos al mínimo la relevancia que el azar o la suerte tiene en nuestro destino, que está claro, que el mejor plan no sobrtevive al primer minuto de ejecución, pero no son pocas las veces que echamos la culpa a la suerte, cuando lo que nos lleva al fracaso, son los cabos sueltos de nuestro proceso.
Un niño con una autoestima sana:
- Tiene pensamientos positivos y optimistas.
- Tiene tolerancia positiva ante la frustración.
- Realiza actividades por iniciativa propia.
- Hace amigos con facilidad.
- Sus éxitos son fruto de su esfuerzo.
- Cuando se equivoca busca soluciones.
El proceso de formación de la autoestima se inicia en nuestras edades más tempranas, desde que de pequeños se nos ofrecen sonajeros, tarjetas de colores, juguetes, construcciones... vamos interiorizando una serie de creencias acerca de lo que se espera de nosotros, que vamos asumiendo, y al llegar a la edad adulta, con distintos retos al frente, tendemos a reafirmar.
De ahí la importancia de asumir el acierto y el error como elementos normales y positivos en la realidad, de presentarles retos a su alcance, valorar su esfuerzo, establecer tiempos de reflexión ante, durante y después de los conflictos que puedan surgir en las dificultades cotidianas... de ésta manera, promovemos un conocimiento paulatino de las causas y consecuencias de sus acciones, que al dotarles de mayor autoconocimiento, ganarán en autocontrol y se sentirán más competentes (porque en el fondo, lo serán)
Pautas para fomentar la autoestima sana en nuestros pequeños:
- Permitirles ser autónomos, siempre dentro de sus posibilidades.
- Darles responsabilidades acordes a su edad.
- Premiarles verbalmente.
- Cometer errores es normal.
- Enseñarles que no siempre se gana.
- Jugar con el niño.
- Aprender a escucharle.
- Fomentar la diversidad de amigos.
¡¡¡Ayudémolos a ser niños sanos y felices!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario