miércoles, 11 de octubre de 2017

JUEGOS TRADICIONALES

Para continuar con los juegos en el parque y al aire libre que ya os comenté en otra entrada, no podía dejar pasar la oportunidad de recordar la importancia de los juegos tradicionales (tanto de patio del cole, como del parque). Nosotros tenemos "la mochila del parque" donde no falta el cubo de arena con las palas, la peonza, la goma de saltar, la comba,,, y otros tantos juegos de exterior y tradicionales.
Aprovecho esta entrada para explicaros algunos de estos juegos de nuestros padres que hoy en día ya casi no se ven pero que tantos buenos ratos nos han hecho pasar:

Chapas:

Ya sea haciendo carreras de chapas por un circuito o jugando partidos de fútbol con ellas y un garbanzo, (a modo de balón). Para hacer el recorrido o el campo de juego, pueden usarse tizas (suelo duro) o realizarlas allanando la zona de arena donde vayamos a jugar.

Canicas:

Es otro ejemplo muy similar al de las chapas, pero en este caso el dedo protagonista es el pulgar, cuyo trabajo motriz va a beneficiar el agarre de elementos (el lápiz, entre otros) y el control de su fuerza.



El jugar a las chapas y/o canicas favorece la concentración, la motricidad fina de las manos, el cálculo de trayectorias y la apreciación de pequeñas distancias.

Peonza y yo-yó:

Son dos juegos que se basan en mecánicas parecidas (control del ritmo del balanceo/inercia del objeto). En  el caso de la peonza, hay que añadir el lanzamiento del juguete y algunos trucos que exigen mucha destreza manual (hacer volar la peonza una vez está girando en el suelo, posarla sobre la mano…) No menos complejo pueden ser las variadísimas combinaciones que el yo-yó ofrece.



Estos dos juguetes, mejoran la motricidad fina de las manos, el sentido del ritmo y la coordinación óculo/manual.

La rayuela (El Tejo):

En este juego tenemos que lanzar una piedra o saquito (la rayuela o tejo)  a una de las casillas que previamente hemos dibujado en el suelo, ir desplazándonos saltando a la pata coja por las casillas y volver a recoger la rayuela o tejo. Este juego ofrece muchas posibilidades, porque se pueden variar los recorridos, saltar de diferentes maneras en función del número de cada casilla, incluir canciones en los saltos…



Además de fortalecer la musculatura de las piernas, mejoramos el equilibrio, el ritmo y la coordinación del ojo con los pies.



Con estos juegos tradicionales, los niños tendrán que aprender a cumplir las normas. Además, desarrollarán la imaginación y la creatividad inventando sus propias variaciones en el juego.


Ahora que todavía hace buen tiempo, aprovechad para salir a  jugar a la calle. 

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