viernes, 29 de septiembre de 2017

JUGANDO EN EL PARQUE

Actualmente vivimos en una sobrecarga de actividades extraescolares, ya sean de orden deportivo o no (idiomas, música, robótica…).  Es inevitable comprender que muchas veces, estas actividades responden a una necesidad familiar de “guardería ampliada” por las obligaciones laborales de los padres y la incapacidad de hacerse cargo de los peques hasta una hora determinada.
 Por otro lado, muchas otras familias que “tienen opción”, eligen este tipo de actividades de manera indiscriminada. Como todo en la vida, hay que mantener un equilibrio. (He de aclarar de antemano, que me parecen muy positivas todas estas actividades y que tienen un potencial de enriquecimiento muy grande.)
 El concepto que voy a exponer hoy, la mayoría de las veces se nos pasa por alto y lo sobreentendemos mal, es el del tiempo libre. Tendemos a pensar, que una actividad divertida, una actividad motivadora, una actividad libremente elegida, es tiempo libre. Algunas veces (pocas) esto puede ser así. No pocas veces he oído de mis alumnos la frase: “me ha dicho mi padre que me apunte a lo que quiera, pero que algo tengo que hacer”, esto ya no es tiempo libre.
 El tiempo libre, per sé, es en el que no tenemos ningún objetivo marcado ni protocolo de actuación, es el que obedece a la necesidad inmediata de acción y distensión de la carga de rutina diaria. Este tiempo libre, es valiosísimo para un progenitor el pasarlo con su hij@. El proponer opciones, el aceptar las propuestas del niño.


 Muchas veces he oído y leído sobre el eufemismo de “paso poco tiempo con ellos, pero intento que sea tiempo de calidad” (hombre, estaría bueno, les ves un rato al día y les pones la tele o te dedicas al whatsapp…), pues bien, aquí la mejor calidad es la cantidad de tiempo en que estamos con ellos, que nos involucramos con ellos.
 En este sentido, el juego al aire libre, el ir a parques, donde pueden correr, jugar, saltar, trepar y sobre todo, encontrarse también con sus amigos, se me antoja la mejor opción. Primero porque lo que los niños necesitan, por encima de todo, es moverse, pero también necesitan de la compañía positiva y activa de sus padres en el juego, proponerles usos alternativos de los columpios, incluir los elementos del parque en ellos (para jugar a pilla-pilla o rescates, por ejemplo…). También hay padres que salen a hacer running y ejercicios al parque con sus hijos…

En definitiva, el tiempo libre, el de esparcimiento y libre expresión de los deseos del niño, hay que darle cabida y estructura en el planning semanal, y si ya lo hace acompañado de su/s padre/s, al aire libre y haciendo ejercicio, mejor que mejor.

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